Masivo cacerolazo contra el ajuste en cultura, el DNU, Ley ómnibus y protocolo represivo
La cultura le dijo “No” al DNU, a la Ley Ómnibus y al protocolo represivo. Bajo la consigna “Encendamos la lucha para que no apaguen la cultura”, las cacerolas se hicieron escuchar en diversos puntos del país . Participaron artistas, centros de estudiantes y vecinos. Hubo performances, música e intervenciones audiovisuales.
En una masiva manifestación, desplegada a lo largo de todo el país, la cultura le dijo “No” al DNU, a la Ley Ómnibus y al protocolo represivo que pretenden barrer con conquistas históricas y desfinanciar el cine, el teatro, la música, la industria editorial, las bibliotecas populares y el Fondo Nacional de las Artes.
Con la consigna “Encendamos la lucha para que no apaguen la cultura”, la convocatoria tuvo su epicentro en el Congreso donde, a pesar de la lluvia, hubo una gran concurrencia de artistas de todas las disciplinas, centros de estudiantes y vecinos alarmados por el paquete de medidas. Hubo, además, performances, música en vivo e intervenciones audiovisuales.
“La intención es dejar en claro que desde la cultura vamos a resistir estas medidas. La cultura es del pueblo y con el pueblo no vamos a dejar que eso pase. No vamos a quedarnos sin identidad. La cultura va a estar ahí para encender la llama de la sociedad”, dijo a Tiempo Ana Krichmar, parte de la organización del evento y miembro del colectivo de artistas.
En diálogo con este diario, Javier Gabino, integrante de la coordinación de Unidos por la Cultura, destacó que esta acción, junto a otras que se llevarán a cabo, apunta a discutir el contexto general de avasallamiento de derechos.
“Nos movilizamos por el cierre del FNA y del INT, el desfinanciamiento del INCAA, del INAMU y de la Conabip. Pero todas esas razones particulares están opacadas por un ataque más general que arremete con las condiciones de vida de todo el pueblo, las formas de hacer política, la cultura de todo el país. Estamos hablando de un paquete de medidas que quiere dar vuelta como un guante décadas de conquistas laborales democráticas en la Argentina”.
Y agrega: “Lo que subyace detrás del DNU y la Ley Ómnibus es una profunda ideología mercantil, individualista, antisolidaria y antipopular que pretenden instalar por decreto. Y eso, junto con el protocolo represivo y con todas estas ideas autoritarias, es un ataque también a la cultura. La cultura no es sólo producir o realizar una obra de arte, sino también las formas de pensar, de vincularnos con los demás y afrontar la vida. Y lo que estas personas pretenden es que todos nosotros pasemos a ser unidades productivas individuales compitiendo entre sí”.
A través de un paquete concreto de ajuste y cercenamiento de lo colectivo, el plan general socava la libre expresión. “Al igual que el protocolo represivo, las medidas van en contra de un derecho básico como el de la libertad de expresión. Eso también es un ataque enorme a la cultura y a la realización artística. El arte vive de la libertad y de la creatividad. Incluso la creatividad nace de la abundancia, de la posibilidad de tener un laburo que te permita tener tiempo libre, tiempo para disfrutar del arte y tiempo para crear. Ahora lo poco que conquistamos y mantenemos lo quieren destruir”, afirma Gabino.
En la actualidad, hay 650 personas que fueron despedidas de organismos estatales en el sector de la cultura, sobre otros pesa el tiempo de los 90 días de revisión de los contratos, establecido por el gobierno mediante el Decreto 84/2023, y se rescindieron los contratos del 2023.
“Existe una incertidumbre enorme en miles de familias que están condenadas en este momento al desempleo o a no saber si van a tener trabajo. Es terrible, perverso”, dice.
A esta situación se le suma el hecho de que gran parte de los organismos están en estado de acefalía, porque no hay nombramientos. “No hay un interlocutor válido y esto nos está pasando en todos los espacios, incluso en Diputados.
¿Quién va a ir a las sesiones en representación del gobierno? No sabes si van a ir los ministros o los secretarios, no sabes quién va. Hay personas que tienen un rol protagónico en el gobierno, como Sturzenegger, que ni siquiera tienen un cargo. Todo se suma para generar esta situación de incertidumbre”, señala.
La cultura en estado de alerta y movilizada
Frente a esto, como se vio en la jornada de ayer, la comunidad cultural está en alerta y movilizada. “Ahora vamos por una Gran Asamblea Federal de la cultura con acción cultural el 20 de enero. Estamos llamando a todas las asambleas del país para que participen. Es una gran demostración de fuerza en el camino de fortalecer el paro nacional del 24”, apunta.Y agrega: “El paro nacional del 24 de enero es muy importante porque si es masivo, si la movilización es grande, si convoca a trabajadores, estudiantes, sectores populares, de clase media, artistas, el movimiento feminista, los pueblos originarios, etcétera… ahí está la fuerza que puede permitir dar un giro en esta situación que estamos viviendo y cambiar la relación de fuerzas”, dice Gabino y se muestra optimista en la organización colectiva:
“Creo que estamos viviendo una verdadera rebelión cultural en todo el país. Nosotros largamos esta propuesta de cacerolazo hace tan solo 10 días y en los últimos 3 días se sumaron más de 70 puntos de toda la Argentina. Desde localidades pequeñas hasta ciudades grandes en todas las provincias. Ushuaia, Jujuy, Neuquén, Mendoza, Catamarca, Misiones, Chaco, Córdoba, Santa Fe… donde busques va a haber un cacerolazo cultural, eso demuestra que hay una rebelión enorme de la cultura que se ve amenazada y reacciona”, concluye.
Por: Martina Delgado @martinacdelgado
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