La mafia judicial macrista lista para cerrar la causa del viaje a Lago escondido
El juez Ramos rechazó a la AFIP como querellante y se apartará al fiscal que impulsó la investigación. El ataque de Yadarola a Federico Delgado y la sospecha de facturación trucha. Comodoro Py se prepara para terminar de neutralizar el viaje de jueces, funcionarios porteños y ex agentes de inteligencia al Lago Escondido por invitación de directivos del Grupo Clarín. La maniobra –que ya dio sus primeros pasos– consiste en rechazar a la AFIP como querellante para que no haya nadie más que la fiscalía para acusar. Y, acto seguido, apartar al fiscal que impulsó la investigación, Federico Delgado, y reemplazarlo por otro.
Todo ocurre cuando se conocieron las facturas que presentaron «los huemules» (así se autodenominaron) para simular que «cada uno se pagó lo suyo». La AFIP cree que esas facturas son falsas. Pero pese a que podrían significar delitos a los que específicamente se dedica el ente recaudador (evasión impositiva, fraude fiscal), el juez Sebastián Ramos decidió rechazarla como querellante.
«La emisión de comprobantes apócrifos por medio de los sistemas de esta AFIP no puede resultarle ajeno al organismo. No sólo podemos vislumbrar una posible evasión fiscal, sino también una adulteración dolosa de registros y/o una asociación ilícita fiscal«, sostiene un escrito firmado por los abogados Sandra Valverde y Leandro Inglera Villa, de AFIP.
Ramos respondió: «No haré lugar a la solicitud de ser tenido por parte querellante por no corresponder su ingreso al proceso como acusador particular». La AFIP apeló ante la Cámara Federal y ahora la decisión estará a cargo de los jueces Eduardo Farah (el primero en gestionar que el expediente viajara desde Bariloche a los tribunales de Retiro), Martín Irurzun y Roberto Boico.
¿Por qué la AFIP quiere ser querellante? «Las conductas aparentemente realizadas por las contribuyentes Hidden Lake SA, y/o Servicios y Emprendimientos Aeronáuticos SA (la empresa de vuelos privados Flyzar, en la que viajó el contingente), resultan importantes indicios de ilícitos tributarios existiendo un perjuicio al fisco».
El documento habla de «inconsistencias en la facturación». En los chats que se filtraron sobre aquel viaje, la voz atribuida al juez Julián Ercolini hablaba de la confección de facturas con fecha adulterada con la intención de justificar un gasto realizado varios días antes.
Según la AFIP, «se detectó una fecha de emisión inserta en los mismos, la cual no coincide con la detallada en el sistema como fecha de autorización de los comprobantes, es decir, fecha en la que se genera sistémicamente, siendo en todos los casos posterior. A partir de esas verificaciones, y teniendo en cuenta las inconsistencias observadas, resulta atendible considerar con cierto grado de probabilidad, que las facturas emitidas podrían resultar apócrifas y/o ideológicamente falsas, emitidas con fines espurios o al solo efecto de encubrir los ilícitos investigados u otros, que resulten conexos».
La AFIP sostiene que las facturas pueden ser falsas. Y por eso quiere intervenir en la causa. Pero no la dejan. Tampoco fue aceptado como querellante el abogado que realizó la primera denuncia sobre el viaje, Marcelo Hertzriken Velasco, a quien no sólo le rechazaron el pedido sino que lo condenaron a pagar los gastos (costas) del planteo. Un acto de disciplina para convencerlo de que se deje de molestar.
Sin querellantes, la acción penal sólo puede ser impulsada por el fiscal. Uno de los jueces viajeros, el penal económico Pablo Yadarola, atacó ese frente: recusó a Federico Delgado en términos tales que sólo le faltó desafiarlo a encontrarse en una esquina. Recordó que Delgado impulsó la acción a raíz de una «disparatada» –dijo– ampliación de denuncia del ministro de Justicia, Martín Soria. Y que sugirió el apartamiento del juez Ramos (por su amistad con uno de los imputados, Marcelo D’Alessandro, revelada por los chats) «aludiendo al debido proceso, la imparcialidad, criterios de justicia, Aristóteles, y otras lindas proclamas».
«Es por lo menos una vergüenza, por calificar de algún modo su actuación. El fiscal Delgado promovió acusación penal sobre la base de prueba obtenida ilegalmente, lo cual viola todos los principios posibles de actuación del Ministerio Público Fiscal, en especial, el de objetividad», embistió Yadarola.
Además, deslizó que la causa por el viaje al Lago Escondido es fruto de lo que «publicaron diversos medios de comunicación afines al gobierno», entre los que mencionó especialmente a Tiempo.
«Si Aristóteles supiera que lo citan para fundar una acusación penal con fuente exclusiva en prueba falsa se iría de Atenas. El fiscal calificó los hechos como ‘corrupción’, cuando en virtud de la función desempeñada debería abstenerse de abrir la boca en la prensa e investigar objetivamente los hechos, que no tienen nada de corrupción». Para Yadarola, el viaje a Lago Escondido «no tiene nada de corrupción». Y todo es una sobreactuación ilegal de algunos medios y del fiscal, quien –catalogó– «es conocido por su afición a la prensa y hablar de más».
«Más allá del auténtico papelón que ello comporta, en lo que aquí interesa, su actuación evidencia que no tiene ningún tipo de objetividad». Yadarola sabe que el fiscal es parte de una causa y su misión puede ser formular una acusación. No tiene el deber de la imparcialidad. Lo reconoció expresamente en su recusación, pero igualmente le apuntó a la cabeza.
El juez Ramos rechazó la recusación. ¿Lo hizo porque cree que no corresponde el apartamiento? En los tribunales circula otra hipótesis: Yadarola, que es de un fuero diferente al de Delgado, lo ataca con vehemencia. Ramos, que sí es del fuero de Delgado, rechaza la recusación. Yadarola apela y la Cámara, que es un peldaño jerárquico por encima de Delgado y no tiene contacto con él, lo aparta finalmente. Todos en paz, todo bajo control.
Como un pájaro disparándole a las escopetas, Yadarola –cuya visita al Lago Escondido está probada y documentada– escribió en su recusación a Delgado: «No es justo que mi trabajo, mi reputación, y mi libertad dependa de un funcionario que ha realizado los actos aquí expuestos en detalle«. «
Una visita a Lago Escondido llena de excentricidades
El diario Río Negro publicó días atrás que «los huemules» recibieron «los servicios de masajes y volaron en helicóptero hasta lo alto del cerro Perito Moreno para esquiar fuera de temporada».
El periódico sureño reveló también que «la empresa Laderas del Paralelo 42, que maneja el centro de esquí del cerro Perito Moreno, muy cerca de la estancia, le comunicó a la Justicia que el complejo estaba cerrado en octubre del año pasado, cuando los huemules realizaron el viaje, pero que Hidden Lake les pidió autorización para llegar en helicóptero hasta la zona del «plateau», a unos 1700 metros sobre el nivel del mar». Ese es el viaje que, según los audios y chats filtrados, Ercolini quería ocultar. Fueron a un centro de esquí que estaba cerrado pero lo abrieron en exclusividad para ellos.
Por: Néstor Espósito, @nestoresposito. tiempoar.com